Los australianos, no sé si por la sequía, o por qué carajos, se suman al grupo de los que 
ahora empezaron a preocuparse por el recalentamiento global (se hubieran acordado antes, muchachos). 
La noticia le habrá causado gracia a Keith Richards (que supo usar las cenizas de su padre para algo más, 
como recordarán).