viernes, 27 de abril de 2007

Si no fuera adicta a la cafeína, no me pasarían estas cosas, supongo

Hoy se hizo espantosa realidad la fantasía que suelo tener de vez en cuando, al entrar a un baño público. Porque muchas veces, sin saber por qué, me imagino en esta situación, y es algo así como que tengo ya lista la frase en mi cabeza, por si algún día me toca decirla.

Cuestión que entré a un café (al que nunca fui antes en mi vida, ciertos trámites hicieron que me encontrara en la parte oeste de la ciudad), en busca de mi dosis diaria de cafeína. Antes de hacer mi pedido, fui al baño, pero ni bien entré y vi el bulto en el piso, tuve que salir a buscar a algún/a dependiente para declamarle la frase que siempre practico mentalmente al entrar a un baño, imaginándome que me va a ocurrir esto.

“Disculpame, pero adentro del baño hay una persona muerta – creo, me parece, no sé”, le dije a la cajera, quien ipso facto llamó al 911. La persona en cuestión (si bien era el baño de mujeres, nunca se sabe) resultó ser una señora, de unos cincuenta años para más datos, que, muy a pesar de mis fantasías perversas, no estaba muerta, sino desmayada.

Cuando, finalmente, se fue en la ambulancia, y se fueron los bomberos, y el café volvió a la tranquilidad que lo envolvía previamente a mi visita al baño, me sentí autorizada a pedir un sixteen-ounce-triple-shot-skinny-capuccino. Le saqué la tapita plástica para revolver el contenido, y cuando la iba a poner otra vez sobre el vaso, me pareció leer, en letras de espuma que se desvanecieron tan rápidamente como se habían formado, la frase “Siga Participando”.