jueves, 5 de abril de 2007

Eso sí: no me pidan que me acuerde en dónde dejé la billetera

¿Por qué algunos recuerdos se nos aparecen sin aviso previo? Quién sabe ahora qué estaba haciendo yo anoche, tal vez trataba de arreglar un collar de plástico roto, cuando me atacó el siguiente recuerdo: Te Dejé Un Pescado Con Salsa En Casa. Paso a explicar.

Hay un juego (cuyo nombre ignoro, tal vez alguien pueda ayudarme en eso), parecido al "Juego del Diccionario", en el que uno de los participantes (asumiendo que juega un grupo de, por lo menos, tres personas) elige una frase al azar, de ocho palabras, de un libro, y les dicta al resto de los participantes las iniciales de esas ocho palabras (en general, para hacerlo más divertido, no se toma una frase "completita", o desde el principio, sino el final de una oración y el inicio de otra). El resto de los participantes tiene que escribir, individualmente, una frase o fragmento creíble, con esas iniciales en ese mismo orden, mientras el que eligió la frase escribe exactamente lo que eligió, y luego todos votan por la frase que creen la original del libro en cuestión.

El recuerdo tiene que ver con que, un día, allá por 1986 o 1987, estábamos jugando a este juego un grupo de amigos, seríamos unos ocho o nueve. Alguien eligió una frase, y dictó las iniciales de las palabras: TDUPCSEC. Andá a saber qué carajos decía la frase original. Ni siquiera me acuerdo de cuál era el libro elegido. Sólo recuerdo la frase que inventó Gusti: Te Dejé Un Pescado Con Salsa En Casa.

¿Por qué carajos recuerdo esa frase ridícula? Tal vez, por la simetría perfecta de las palabras. Tal vez, por la gracia de haber creado una frase redondita y lógica con las ocho iniciales, desde el "Te" inicial al punto final. Tal vez, porque la frase lo pinta a Gusti de cuerpo entero (alguien, tras la lectura en voz alta de la frase, gritó "¡Eso lo escribió Gusti!")

No se sabe por qué ciertos recuerdos nos atacan por la espalda. Pero esa frase, como tantas otras cosas que a veces recuerdo sin un motivo entendible, me acecha cada tanto, al abrir una lata de conservas o al putear por un estornudo perdido.

1 comentario:

Tita y Rodhesia dijo...

que salsa era la del pscado?