sábado, 30 de marzo de 2013

La reina de los gatos

El otro día conocí a la legendaria solterona excéntrica de los mil gatos. Esta era, sin lugar a dudas, la reina del arquetipo. La única diferencia era que esta señora estaba casada y había tenido hijos, pero fuera de ese detalle menor, era la caricatura hecha persona. Si hasta su cara lo decía a gritos, "¡gatos, gatos, gatos!", con sus anteojos en forma de ve corta, y su pelo oscuro y enrulado. Entramos a su casa, por motivos que no me interesa describir en este momento, y ahí estaban las seis criaturas, con sus cuatro patas y su cola obscena.

Credit: Neatorama.com
Matilda los vio, apenas cruzamos la puerta, y no pudo evitar exclamar "¡Seis gatos!" después de contarlos dos veces, para estar segura. La reina se deshizo en elogios felinos, describiendo lo que dio en llamar las "diferentes personalidades" de sus mininos, mientras los susodichos se daban por aludidos, o no, entre el sillón, la alfombra y el taburete del piano.

"Pero, ¿seis?" insistió Matilda. "Bueno, tenemos ocho más, pero están en otra parte de la casa", le contestó la reina gatuna. Tras lo cual se rió y le dijo que no, que era una broma, que sólo eran los seis que veíamos ahí en el living. Matilda pudo cerrar la mandíbula entonces, aunque sin saber muy bien por qué ya no tenía que mostrarse sorprendida.

Pero yo vi ese gesto fugaz, esa mirada casi imperceptible, que la reina intercambió
con su marido. Me parece que se llama "expresión de deseo".

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