domingo, 5 de agosto de 2007

Y hablando de Harry Potter...

La mejor anécdota de mis lecturas de Harry Potter: el domingo posterior al sábado en que llegó mi ansiado libro 7 de Harry Potter, salí temprano al jardín, dispuesta a leer afuera mientras me lo permitiera la temperatura (todavía relativamente baja: menos de 35 grados). Me senté en la hamaca (no la de las chicas, la otra: la doble, bajo el toldito), y me puse a leer... Pero al rato, tuve que volver a entrar a la casa: me atacaban ardillas a manzanazos. Sí señor: tres ardillas hambrientas y descontentas con las manzanas del árbol del vecino (que son duras, chiquitas y sin sabor), las agarraban, les daban un mordiscón, y (o bien no les gustaban, o tal vez, dada la abundancia, las desperdiciaban así) procedían a arrojarlas contra... mi persona. Esto sólo te pasa leyendo Harry Potter...